La vida puede ser como una caja de chocolates, uno nunca sabe que gusto le va a tocar. Lo amargo siempre será un fracaso, y lo dulce siempre será una felicidad. No importa cuántos chocolates amargos comamos, lo que importa es que de esos chocolates amargos que nos toquen aprendamos y sigamos adelante sabiendo que nos va a tocar un chocolate dulce. Como también la vida es como un viaje en tren, es un viaje que emprendemos cuando nacemos, un viaje sin vuelta atrás, cada uno es dueño de subir a la gente que quiera a su viaje, podemos equivocarnos y escoger mal, como también puede subir gente que no tenemos en mente y deja huellas en tu vida al bajarse de dicho tren. Podemos fracasar pero sabemos que a nuestro lado tenemos a pasajeros que nos ayudaran a seguir el viaje. Todo viaje tiene su fin, pero al fin de nuestro viaje cada uno va a dejar lo más lindo que logro en el viaje, en el viaje de su vida. La vida es como una caja de chocolates, es como un viaje en tren y es como decía mi amigo Chaplin La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente vive intensamente cada momento de tu vida… Antes que el telón baje, y la función termine sin aplausos.
Y yo quiero vivir mi vida intensamente cantar, reír, bailar y llorar. Estoy a la mitad de un viaje, estoy a la mitad de la función, y me comí tantos chocolates dulces como amargos.
Subí mucha gente maravillosa a mi viaje, disfrute de una función maravillosa, y comí tantos chocolates dulces hasta empacharme; Pero también subió a mi viaje gente que no valía la pena, comí chocolates amargos, y me equivoque en la obra de teatro, me caí pero me volví a levantar: cante reí baile llore y seguí mi vida intensamente.
